Pertenecer es una de las necesidades afectivas más vitales, que en la adolescencia se intensifica y se coloca como la más importante.
Hay que ayudar al adolescente a que se vincule afectivamente de forma sana para que así pueda nutrir su necesidad afectiva de pertenencia de la manera adecuada con un grupo que le otorga y nutre su identidad.
Ayúdalo a que lo encuentre en los lugares adecuados. Si la nutre bien, podrá progresar en su proceso de maduración personal. Pero si la nutre de forma equivocada, podrá transitar un camino peligroso que -quizás- no tiene retorno.