Mi proceso con Merce representa una muestra de que Dios nos ama y quiere que seamos felices. En una parte de mi vida, estuve en terapia con psiquiatra por pensamientos obsesivos y estuve en búsqueda por una solución por muchos años. Siempre mi Señor fue mi refugio y estoy seguro de que Él fue quien me llevó con Merce.
Hoy después de varios meses de terapia con ella, estoy convencido de que “todo va a estar bien” y que combinando la psicología y la espiritualidad se ha reavivado en mí la esperanza de vivir la felicidad…Una vida perfectamente imperfecta.
Aún hay mucho camino por recorrer, pero sin duda, estoy en lo correcto. Yo al igual que muchas personas, he basado mi autoestima en la aprobación de los demás; hoy mi diálogo está cambiando en reconocer que valgo por quien soy, no por lo que hago.
En mi algo se desconectó, pero hoy tengo a al equipo de especialistas adecuados para llevar a cabo la reparación, Dios en el centro de control, Merce la técnica que me guía para conectar mis pensamientos con mis sentimientos y por último yo.