El Rey de la mentira hace creer que el dolor es más fuerte que el amor. Que la cruz no lleva a la resurrección. Que la purificación no conduce a la salvación. Que las tinieblas prevalecerán por toda una eternidad y que La Luz de la esperanza se desvanecerá.
Pero justamente el Redentor mereció su nombre porque la sangre que volverá a derramar para posible una y otra ves que podamos no solo salvarnos sino también sanarnos.
Pierde el miedo a ver profundamente en ti todo aquello que necesitas reconocer con humildad para que esto sea posible. Aquel que morirá por ti, no podrá hacerlo sin ti.