Las virtudes cardinales son las virtudes naturales es decir, reconocidos por la razón que naturalmente todos tenemos en nosotros como son la Justicia, templanza, prudencia y fortaleza. Las mismas se diferencian de las virtudes teologales como son la fe, esperanza y caridad que requieren de un aprendizaje divino.
El término prudencia significa actuar o hablar con cuidado, de forma justa y adecuada, con cautela, moderación, previsión y además reflexión. De esta manera se evita dañar a otros, creándole , dificultades, males e inconvenientes.
Al ser de esas personas que lanzas bombas cuando hablas, no estas solo dejando de ser prudente, sino de seguro hiriendo profundamente los sentimientos y afectando la libertad de los demás.