Hace dos años escribí este poema mientras rezaba en un avión de regreso de un viaje. En ese momento el «Aquí» era el Sagrario, donde me encontraba cada mañana pidiéndole a Dios la fortaleza para continuar. Hoy ese «Aquí» ha sido la presencia de Dios en mi corazón por medio de la comunión espiritual y de la oración. Al ser inmunodeficiente no puedo salir aún de mi casa, pero Él no ha dejado de estar «Aquí» conmigo, a cada paso, en cada momento para sostenerme con su amor. La comparto para todos aquellos que se sienten cansados de luchar esperando pueda brindarles un poco de consuelo y de esperanza en un mejor mañana; pero sobre todo, ese «Aquí» sea posible para cada corazón que se encuentre desconsolado.