Testimonio de Pamela

26
🇲🇽 México

Cuando tuve la oportunidad de conocer a Mercedes, estaba pasando por un momento difícil, me sentía totalmente insatisfecha con mi vida, poco a poco me ahogaba en culpas y recriminaciones interiores.

Por experiencias que había tenido los años anteriores sabia que tenía que hacer cambios importantes en mi manera de percibir y actuar, pero no sabia por donde comenzar. Sentía mucha impotencia al tener claro en mi cabeza lo que tenia que ser y al mismo tiempo experimentar que mi ánimo no me dejaba avanzar.

Pensar en iniciar un proceso psicólogo no me convencía del todo, pues pensaba que ir al psicólogo era para gente que simplemente no podían salir adelante por ellas mismas. Tuve que romper con muchos prejuicios antes de pedir la ayuda que necesitaba.

Un punto importante por el que decidí iniciar un proceso con Mercedes fue el encontrar la oportunidad de ser acompañada por alguien profesional que además comparte lo que para mí es esencial dentro de mi identidad como persona: mi fe y mi relación con Dios.

Mercedes logró comprender y acoger ese todo (humano y espiritual) que conforma la identidad de una persona y me fue ayudando a conocerme mucho, entenderme y volver a confiar en mi misma; a tener una mirada mas positiva y a seguir adelante con mi vida. Sin duda agradezco enormemente el haber contado con su ayuda en esos años.

Otros testimonios

Ana

Me llamo Ana. Tuve la bendición de recibir terapia de Mercedes hace ya 4 años. Soy misionera católica dedicó mi vida y tiempo a extender el mensaje de Jesús. Comencé a vivir una vida llena de tensiones y perfeccionismos. Quería ser la mujer perfecta que me había puesto ...

Conocí a Merce porque mi novia comenzó a tomar terapia con ella y me sorprendían sus resultados después de cada sesión. A pesar de haber conocido a un par de psicólogos para tratar mis «problemas de carácter», no me convencían sus explicaciones y no veía cambios en mí. ...

Crecí en una familia católica y desde muy pequeña participé en grupos de formación y apostolado. Traía heridas emocionales que no eran reconocidas; sentía ansiedad, irritabilidad, poca o nula motivación, me sentía “perdida” y, al fallar mis propios recursos, comprendí que necesitaba buscar ayuda. Pero, sentía miedo, porque ...