Estuve envuelta en un accidente que marcó mi vida y por ello, se desconectó mi razón de las emociones y de los sentimientos por la muerte de una persona muy cercana a mí.
Debido a las consecuencias que este accidente tuvo en mí, busqué una terapia que ofreciera acompañamiento desde el entendimiento de mi fe pero a la vez, conectara con la realidad del dolor humano que estaba viviendo no solo desde la teoría y desde los libros, sino desde la experiencia de vida.
Providencialmente tuve mi primer contacto con Merce. Gracias a ello, recibí el acompañamiento enmcarcado en la guía del Buen Pastor sin que se dejara de lado mi realidad humana y psicológica que debido al trauma provocó esta desconexión.
Experimentar que estos elementos eran tratados integralmente me dio el impulso para recuperarme poco a poco y resignificar esa experiencia vivida desde una perspectiva trascendente, con sentido y abrazar esa realidad como parte de mi historia personal.