Hoy recuerdo este poema de nuestra querida Santa la Madre Teresa de Calcuta. Lo recuerdo no solo aplicado a mis dos grandes amores, mis amados hijos sino también por cada hijo espiritual -mis pacientes- que he ayudado a emprender el vuelo.
Enseñaremos a volar, pero no volarán nuestro vuelo.
Enseñaremos a soñar, pero no soñarán nuestro sueño.
Enseñaremos a vivir, pero no vivirán nuestra vida.
Sin embargo en cada vuelo,
en cada sueño, en cada vida,
perdurará siempre la huella del camino que hemos enseñado
Agradezco en este día el celebrar con el gozo de que la huella del camino enseñado perdurará por siempre hasta toda la eternidad
¡FELIZ DÍA DE LAS MADRES! Para los países de Latinoamérica y para México una felicitación adelantada para mañana 10 de Mayo