40 días tenemos por delante para recordar que del polvo venimos y en polvo nos convertiremos. La vida es frágil y quien no tiene humildad para reconocerlo no podrá cambiar. Por eso el evangelio de hoy se menciona que Dios aborrece a los soberbios de corazón. Solo los humildes que se reconocen criaturas pueden arrodillarse a reconocer su fragilidad.
Este es el primer paso para poder cambiar. Es por eso que el salmo de hoy nos invita a “descargar” nuestras angustias en Dios. Así como Dios con un soplo del polvo nos creó así hoy puede con un soplo ayudarte a cambiar. No desperdicies esta gran oportunidad.