El acompañamiento psicoespiritual sustentado en el método del Buen Pastor que recibí de Mercedes fue una providencia. Valoro muchas cosas de mi experiencia, mencionaré algunas de ellas.
- Para mí era importante que me acompañara una psicóloga católica, que entendiera mi fe. Yo exploré otras alternativas de “terapias” previamente y el resultado fue contraproducente.
- La velocidad con que el modelo de acompañamiento actuó. Diez meses duró mi proceso. Si uno se presenta dócil y humilde el Espíritu Santo hace su obra. No importan las heridas que tengas, ni desde cuando las tengas, la misericordia de Dios es infinita.
- La esperanza depositada en Cristo. Mi pasado no condiciona mi presente. El Señor tiene un plan perfecto para mí y sin duda el acompañamiento psicoespiritual me ayudó a que hoy día pueda vivir pleno en el Señor.