Mi nombre es Esmeralda, vivo en Estados Unidos con mi esposo y mis hijas. Antes de la terapia yo padecía de ataques de ansiedad y compulsiones. Mi vida era un caos porque no tenía estabilidad con mis emociones y mis relaciones interpersonales se veían afectadas. Después de la terapia, he logrado tener paz, serenidad, equilibrio y estabilidad en mis emociones. En la relación con mi familia reina la armonía, comprensión y el amor incondicional que aunque siempre había existido se opacaban debido a mis carencias emocionales ahora comprendidas y resueltas.
La dimensión espiritual que Mercedes incluyó en mi terapia fue fundamental porque de esa manera mi sanación fue completa y sin duda no hubiera podido tener los mismos resultados sin la ayuda de Dios.